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jueves, 2 de octubre de 2025

Montoncitos de tardes

 


I

gasto mi cuerpo joven en turbios monólogos de amor

los días son como un tumulto de hormigas caminando por mis venas 

mientras recojo tu piedad agazapada en ese anden 

todos esperan que algo los habite o los salve. 

II 

todo parece descomponerse con mayor rapidez

incluso el sol 

que ahora parece un chicle pegado en mi libreta azul

que tanto tengo que escribirte para que entiendas 

que la leche de mi cuerpo se descompone en la primera letra de tu nombre.

III 

las tardes eran un cocktail de café y relajantes musculares 

mientras el sol se deslizaba por los techos y yo renovaba mi fe en Allah 

buscaba un par de respuestas en la canción de los pájaros 

te hable de mi viejo que ahora vive detrás de la luna y te dije que a las 6:00 pm cali era un tropel azaroso y que yo soñaba con ser una cometa para subir todos los días y besarle la frente 

de tu boca salían te quieros como si fueran disparos al aire 

disparos que mataban las nubes de mi mente, que mataban un par de ángeles 

y yo te dije que no quería lanzar mas besos al cielo, porque de pronto con uno de esos podía herir a Dios y no quiero que el sangre sobre mi toda tu ausencia . 

IV 

la tarde estaba colonizada por los gestos de tu rostro 

por ese olor triste de un sol inútil 

todo estaba siendo asaltado por esa luz frágil que enciende las partículas tristes de mi mirada confusa 

devolviendome esa sensación de ser un perro herido vomitando un domingo inconcluso 

la tarde se desprendía de las paredes y los techos al igual que tu manos de mi cara 

la gente entraba y salía de una iglesia y pensé que quizás Dios estaba un poco triste 

un poco cansado 

un poco tu, un poco yo !

V

siempre te gusto Monet hablar de su técnica 

imaginar acuarelas en su mirada 

hace un tiempo ya que no pinto, que hago un esfuerzo para no ver el cielo y no consumirme en esas líneas a contraluz de la montaña infinita .

esa que tanto cantabas en Rusia 

los cielos de junio parecían cuadros de Monet 

cuando dormíamos juntos y no sabíamos si el sol se levantaba o se acostaba. 

 VI

cosechar el sol 

guardarlo entre las manos

lanzarlo lejos, beberlo a sorbos humeantes 

sujetarlo a suspiros

despedirlo

despedirlo con un rezo de gonzalo arango 

ese que dice: " si muero te invito al sol alma mia "

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